El edificio se diseña en dos partes diferenciadas: un zócalo que se relaciona con la altura de los antiguos cuarteles y aloja los espacios comunes, dando continuidad a la ciudad, y un volumen ligero que contiene todo el programa de laboratorios.
Las plantas giran en torno a un gran atrio que constituye la imagen más representativa del BIST. Cuatro núcleos verticales en sus esquinas contienen escaleras, ascensores y baños. El núcleo principal de ascensores transparentes panorámicos irá subiendo con una mirada al mar, convirtiendo el ascenso en un espectáculo.
El atrio cubierto funciona como un espacio bioclimático, y se abre con grandes agujeros en unas terrazas de doble altura que relacionan el edificio con el mar y la ciudad. Estas terrazas permiten espacios de trabajo más relajados y lugares de encuentro, que se integran con el anillo de circulación de cada planta.
Una terraza perimetral envuelve los espacios de trabajo, protegiendo del sol y ofreciendo espacios abiertos conectados con el exterior en todas partes.
En la planta más alta, se ubica un espacio protegido por la cubierta invernadero que permite todo tipo de actividades.