El cáncer en España –al igual que en la mayoría de los países desarrollados- es una de las enfermedades con mayor relevancia social en términos de salud pública, recursos e impacto mediático y afectivo en la sociedad.
Cuando esta enfermedad afecta a niños y adolescentes la sensibilidad es mayor si cabe, por lo que la eficiencia tanto en la atención que se les ofrece como en la idoneidad de su entorno cobra mayor relevancia.
Aunque los casos de cáncer en menores de 19 años son pocos en relación al total, esta enfermedad tiene gran repercusión a nivel de salud pública en este segmento de edad.
Concretamente en España se detectan hasta 1000 nuevos casos de cáncer infantil cada año. Aun así, gracias a los considerables avances médicos en las últimas décadas, más del 75% de los niños y adolescentes tratados de cáncer pueden superar esta enfermedad.
En este sentido, el diseño de unidades oncológicas para niños contribuye de forma activa y positiva en la sensación de bienestar y comodidad de los niños y, por consiguiente, tiene una influencia en su recuperación física y psíquica. Por este motivo, cabe considerar todos aquellos aspectos que puedan garantizar un buen diseño de unidades oncológicas para niños.
Componentes y estructura en el diseño de unidades oncológicas para niños
La asistencia integral a un niño o adolescente con cáncer incluirá, habitualmente, una sala de hospitalización, un hospital de día y consultas externas.
Estos servicios se verán complementados por la colaboración de los médicos de atención primaria, la escuela del niño y los servicios comunitarios y sociales en el área local para los periodos de tiempo en que el niño esté en casa recuperándose de los tratamientos.
La consideración rigurosa del programa y los requerimientos para estos niños y sus familiares determinarán de forma específica el diseño de unidades oncológicas para niños, que, aún seguir la misma estructura funcional que una unidad oncológica para adultos, tendrá ciertas diferencias en respuesta a las necesidades de los más pequeños.
Por ejemplo, las unidades oncológicas infantiles deberán disponer de instalaciones de dormitorio, cocina y baño para los padres de los niños, especialmente si los niños están en cualquier situación de aislamiento.
Un entorno adecuado para los niños
Para el buen desarrollo mental y físico de un niño es muy importante que participe de un entorno formado por niños de su misma edad, que coincidan con su fase de desarrollo vital.
Este entorno homogéneo implica la adecuación y ambientación de los espacios de la unidad a las diferentes edades, creando instalaciones especiales para los pacientes más mayores, que tendrán unas necesidades diferentes a los más pequeños.
No es adecuado que pacientes con edades muy diferentes compartan los mismos espacios comunes, ya que los desubica y les impide realizar una vida similar al resto de niños de su edad.
Por las mismas razones, las actividades de ocio y juegos, así como la oferta formativa, se deben adecuar a cada edad, posibilitando que los pacientes jueguen y aprendan con otros niños de su edad, facilitando así el apoyo mutuo y fortaleciendo con ello sus herramientas de socialización.
Colores y luz en el diseño de unidades oncológicas para niños
Es importante que el edificio de salud oncológica infantil tenga un aspecto atractivo para los menores, invitándoles a entrar, jugar, dibujar y compartir momentos con sus familiares y amigos.
En general los niños son amantes de la luz más clara y blanca, preferentemente natural y, en cuanto a los colores, es importante tener en cuenta las sensaciones que les transmiten los distintos tonos de la paleta, por ejemplo, el rojo promueve su curiosidad y su voluntad y el azul les transmite sensaciones de paz y tranquilidad.
En esta línea, se han realizado distintos proyectos de diseño de unidades oncológicas para niños en los que se opta por crear los denominados parques de atenciones, espacios capaces de transmitir distintas sensaciones y motivar al enfermo según la decoración, los colores, la luz o los materiales.
Estos parques de atenciones, que en algunos momentos dejan de parecer hospitales, tienen como objetivo que los niños y las niñas se sientan a gusto durante el tratamiento que deben recibir, por lo que se busca que sean espacios luminosos, amplios y tranquilos, con un diseño con dibujos y colores que aluden a paisajes emocionantes y de aventura.
Espacios que complementan el tratamiento hospitalario de los niños
Más allá de las unidades oncológicas de los hospitales, existen otro tipo de centros que complementan el tratamiento de los niños y las personas adultas enfermas de cáncer. Se trata de ciertas instalaciones residenciales o de estancia puntual cercanas al hospital, para los familiares y también para los propios pacientes de cáncer.
Este tipo de lugares van más allá de los requerimientos funcionales de los hospitales, puesto que también ofrecen apoyo emocional así como la práctica de una gran variedad de actividades educativas y lúdicas para diferentes franjas de edad.
Existe un abanico muy amplio de centros que ofrecen servicios con diferentes matices. Por ello nos centraremos en dos tipologías principales muy interesantes tanto des del punto de vista médico como arquitectónico.
Apartamentos de acogida para familias y pacientes
Los apartamentos o casas de acogida son espacios esenciales para fomentar y facilitar el acompañamiento de los menores por una persona durante las 24 horas y a lo largo de todo el proceso de pruebas médicas y tratamientos, ya que se sitúan muy cerca de los hospitales.
Es el caso de La Casa dels Xuklis, en Barcelona, que desde el año 2012 atiende y acoge familias de pacientes con tratamientos oncológicos en el Hospital de la Vall d’Hebron, uno de los mayores de la ciudad.
Estos centros pretenden ser lugares donde los niños, juntamente con su familias, se sientan acogidos, comprendidos y cómodos, como si estuvieran en su propia casa. Ofrecen alojamiento gratuito y van dirigidos a aquellas personas que residen en municipios lejanos a los hospitales donde se llevan a cabo los tratamientos oncológicos.
Cuentan con diferentes tipos de apartamentos donde el diseño se centra en el uso de colores vivos, la disposición del mobiliario aprovechando el espacio al máximo y la creación de un espacio exterior propio para cada familia en forma de terraza.
A su vez, este tipo de centros cuentan siempre con espacios comunes para generar puntos de encuentro entre los diferentes huéspedes y así crear un ambiente más cálido. Se trata de espacios amplios y llenos de luz y color, siempre conectados con jardines o patios exteriores, que además sirven para que el equipo de profesionales del centro puedan ofrecer sus servicios de apoyo emocional, psicológico y lúdico.
Centros específicos de actividad y apoyo
En segundo lugar nos gustaría hablar de otro tipo de centros de estancia más puntual y dirigidos a pacientes de todas las franjas de edad. Se trata de centros que ofrecen apoyo emocional a través de un equipo de profesionales del ámbito social y sanitario, a la vez que generan un espacio agradable de encuentro, actividad o relajación, según los requisitos de cada persona.
Nos gustaría hablar concretamente de los Maggie’s Centres, originarios del Reino Unido pero cada vez más extendidos a nivel internacional. Se trata de centros donde los pacientes de cáncer pueden acudir tanto a recibir terapia y apoyo emocional, a hablar de su enfermedad, mejorar hábitos cotidianos o incluso implicarse en actividades lúdicas, des del ámbito deportivo hasta la jardinería o la creación artística.
La arquitectura toma un papel muy relevante ya que su fundadora, Margaret Keswick, creía firmemente que el buen diseño de los espacios de tratamiento incide en la mejora de los resultados médicos de los pacientes. Por ello confía la construcción de estos centros a destacados arquitectos como Frank Gehry, Foster and Partners o Zaha Hadid, entre otros.
Los Maggie’s Centres constan de espacios interiores amplios y luminosos conectados a zonas exteriores ajardinadas y con buenas vistas. También incluyen una cocina abierta y habitaciones más privadas para las consultas de los profesionales, espacios más cálidos y acogedores donde los pacientes reciben el apoyo emocional necesario.
Sea de una forma u otra, el objetivo de nuestro trabajo es el de prestar la arquitectura al servicio de las personas y, en el caso de pacientes infantiles, nuestro trabajo cobra una especial relevancia por la alta sensibilidad del enfermo que recibe y almacena los estímulos del espacio de forma mucho más intensa que un adulto.
En este sentido el diseño de unidades oncológicas y de espacios complementarios para el tratamiento hospitalario se plantea como un reto y como un campo de investigación continua, en el que como arquitectos tenemos mucho que decir y experimentar con el fin de poner el diseño al servicio de la medicina y de las personas.